El café se recolecta al 90% de maduración, pasando por un desplume ese mismo día y unas horas después ya se encuentra fermentado, a través de un proceso artesanal se tiende el café en camas africanas en un invernadero para que el secado sea aún más lento, seca durante 15 días, moviendo constantemente el café para que sea un secado homogéneo, logrando que el mucílago se absorba en los niveles más altos para la mayor absorción de azucares que le permita una expansión de sabores complejos al momento de tostar.
Esté café será trillado, pasando por una última selección densimétrica y tostada hasta la semana en que sea solicitado para conservar el mayor nivel de frescura.